La máscara de pestañas es ese producto de maquillaje que, bien usado, marca la diferencia. Recalcamos el «bien usado» porque, si bien un pequeño toque puede hacer que tu mirada resplandezca, un pequeño resbalón hará que sea un desastre.

No queremos asustar a nadie, pues no es complicado hacer buen uso de la máscara de pestañas. De hecho, puede que muchos días no necesites nada más para que tu mirada hable por sí sola. Una imagen vale más que mil palabras, aquí tienes una en la que puedes ver el efecto que un poco de máscara de pestañas puede tener en tus ojos.

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Es un producto que está de sobra integrado en la rutina de maquillaje diaria de muchas mujeres. Sabemos saber usarla y que, seguro, tienes práctica en aplicarla pero, ¿lo haces todo bien? Aquí te traemos 10 errores que solemos cometer al aplicar la máscara de pestañas. Echa un vistazo y ¡apunta lo que te falte por saber!

Aplicarla sólo en las puntas

Este es un error bastante común. Si aplicas la máscara sólo en las puntas de las pestañas desaprovecharás mucho el efecto que puedes conseguir. Restarás volumen y cuerpo a tus pestañas. Aplica la máscara desde las raíces y, así, conseguirás que tus pestañas muestren todo el volumen que pueden tener.

No cambiar tu máscara de pestañas cada cierto tiempo

Por desgracia, la máscara de pestañas tiene el inconveniente de que suele secarse antes de que podamos usar todo el producto que viene en el envase. Todas sabemos cuándo nuestra máscara de pestañas comienza a perder su textura normal. No hay que deshacerse de ella en cuanto esto empieza a ocurrir pero tampoco hay que alargar su vida en exceso.

Una máscara de pestañas demasiado seca sirve solamente para llenar tus pestañas de grumos, cuando veas que tus pestañas no quedan como solían quedar, ¡es el momento!

Rizar las pestañas después de aplicar la máscara (o no rizarlas)

Este paso tiene un problema. Hay quienes no rizan sus pestañas nunca, y quienes lo hacen en exceso. Como siempre, el punto medio ¡es la clave! Y no sólo eso, el momento en que debemos rizar las pestañas también se confunde por muchas.

El rizador de pestañas es una herramienta que puede, por sí solo, abrir tu mirada de una forma espectacular. Debes usarlo antes (¡nunca después!) de aplicar la máscara de pestañas. Lo colocas en tus pestañas, cierras el rizador y aguantas un poquito. No aprietes demasiado o romperás tus pestañas. Cuando apartes el rizador comprobarás que tus pestañas parecen ya otras.

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Bombear el cepillo dentro y fuera del tubo

Es el momento de aplicar la máscara de pestañas. Cogemos el tubo, sacamos el cepillo y… ¡nunca lo bombees fuera y dentro!

El cepillo ya estaba dentro del tubo y estará ya impregnado de producto, sácalo y, si tiene demasiado, quita el exceso en un poco de papel. Si lo metes y sacas del tubo, sólo conseguirás que entre aire y tu máscara de pestañas se seque mucho antes.

Si necesitas coger más producto, mete el cepillo un poco y coge lo que necesites. Ni siquiera tienes que meterlo entero, ya que en la parte de arriba del tubo habrá bastante que puedas coger.

No fijarse en cómo tenemos los ojos

Igual que ocurre con el color de tu maquillaje o con la forma de delinear tus ojos, no hay nada universal. Todo depende de cómo sea la forma de tu rostro, de tu color de piel. El maquillaje y su técnica tienen que adaptarse siempre a ti, y no al revés.

Con la máscara de pestañas ocurre igual, por supuesto. No hablamos ahora tanto de color, como de la forma de aplicarla. Es sencillo. Si tienes los ojos muy juntos, la máscara puede servirte para disimularlo ¿cómo? Aplica más cantidad en las pestañas del exterior del ojo (como ves en la imagen), conseguirás añadir más peso a esa parte del ojo. Si, por el contrario, tienes los ojos muy separados, aplica la máscara por todas tus pestañas por igual.

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Dar demasiadas capas

Volvemos a repetir que el punto medio es la clave. Hablando de la cantidad de máscara de pestañas que debes usar, lo ideal es que des dos capas o, como mucho, tres. Con ello, conseguirás que tu mirada se abra, pero tus pestañas no quedarán excesivamente maquilladas.

Si aplicas sólo una capa de máscara, tus pestañas resaltarán un poco, pero no conseguirás rizarlas demasiado. Si, por el contrario, aplicas demasiada cantidad, conseguirás un efecto poco natural y con grumos.

En cualquier caso, peinar las pestañas entre capa y capa de máscara siempre es buena idea. Ayudarás a quitar el exceso de producto y a colocar las pestañas.

Aplicar la máscara con movimientos lineales

Aparte de la cantidad de máscara que empleamos, también hay que hablar del modo en que lo hacemos. Aplicarla con movimientos lineales es un error. Debes hacerlo moviendo el cepillo en zigzag, así conseguirás que las pestañas queden separadas y evitarás los grumos.

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Manchar los párpados

Más que un error es un consejo.

El manchar los párpados es algo que nos ocurre de forma muy común y que podemos evitar fácilmente. Si cuando maquilles tus pestañas lo haces mirándote en un espejo que quede a la altura de tu pecho, bajarás la mirada y será más difícil que manches tus párpados.

Pero, no te preocupes si te pasa. Lo único que tienes que hacer es coger un bastoncillo de algodón y humedecerlo (no empaparlo). Pásalo suavemente por el parpado y eliminarás las manchas.

No maquillar las pestañas de abajo

Seguro que te ha pasado, terminas de maquillar las pestañas de arriba y ¡perfecta! Tu mirada no necesita nada más… ¡Mal! Si consigues ese efecto tan favorecedor maquillando tus pestañas de arriba, imagina lo que conseguirás haciendo lo mismo con las de abajo.

Lo ideal es que, primero, las maquilles con el cepillo en horizontal y, después, en vertical. Normalmente, en la parte inferior del ojo tenemos menos pestañas y son más finitas. Con un pequeño toque de máscara el efecto será genial ¡no lo olvides!
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No desmaquillarlas bien

Para acabar, debes aplicar esto no sólo a la máscara de pestañas, sino a todo el maquillaje. Lo habrás oído y leído miles de veces, es muy importante que desmaquilles bien tus pestañas.

Piensa que tus pestañas quedan completamente cubiertas por la máscara y, si no la retiras bien, perderán elasticidad y se volverán más frágiles. Límpialas bien y se mantendrán bonitas y fuertes ¡listas para mañana!

No lo olvides, cuidar tus pestañas es un paso muy importante en tu rutina diaria, son la protección de nuestros ojos. Bien maquilladas harán que, en un momento, estés arreglada y lista para tu día. Ahora, además, tienes todo lo que necesitas saber para hacerlo bien y no cometer ni un error, ¡abre tu mirada!